Empezamos la clase con un flashback a nuestro cuarto, en el cual hayamos tenido más experiencias vitales...imaginación y visualización mental pura. Tras esta experiencia nos olvidamos de dibujar con líneas, y plasmamos en el papel, solo con sombras, la disposición de nuestro cuarto. Ha sido un ejercicio que me ha hecho descubrir el "dibujo sin líneas".
Seguimos esta sesión de dibujo con la escucha de una canción de tiempos y tierras orientales y de princesas. Tras poner de nuevo nuestra imaginación a tope, imaginando un bazar, sus puestos, todo hasta el mínimo detalle, nuestra mente se enfoca en un objeto en el cual se fija una princesa que paseaba por dicho escenario. Cada uno dibujamos algo diferente...
Y para acabar, realizamos la parte que más me gustó de esta práctica, DIBUJAR UN OCÉANO poco a poco siguiendo el compás del Bolero de Ravel, música con tono ascendente, que de un ritmo flojo y suave, acababa como desbocado, siguiendo las leyes de la música y añadiendo cada vez más instrumentos. Ha sido una experiencia muy buena, ya que desde pequeño siempre he dibujado y he vivido con la música presente en mi familia. Este ejercicio ha juntado a estas dos artes que me encantan, el dibujo y la música.
Ejercicios como éstos potencian la creatividad en los chavales, dejan desarrollar la mente de los alumnos. Si en un futuro tengo que dar docencia en artes visuales estoy seguro de que haría ejercicios como éste, creo que hacer hincapié en el desarrollo de estas facultades en los alumnos les haría poder descubrir algo que yo no he descubierto hasta mis 21 años, por lo menos en una clase de Primaria, la E.S.O o bachiller.
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